La Planeación Estratégica surgió con una gran fuerza propiciada por la popularidad del libro de Igor Ansoff Estrategias Corporativas, publicado en 1965. Hoy se puede decir que si bien el concepto no está muerto del todo, ha caído de su pedestal.
Cuando la estrategia falla, como pasa frecuentemente, quienes la diseñaron culpan del fracaso a quienes la ejecutaron: “Si tú, estúpido, entendieras mi estrategia…”. Y el ejecutor contesta: “Si tú eres tan listo, por qué no formulas una estrategia que los estúpidos como yo podamos poner en práctica”. La falacia consiste en pensar que las empresas tienen cabezas que piensan y cuerpos que actúan.
La Planeación Estratégica le inyecta formalidad a la organización. Le resta flexibilidad, fluidez y simplicidad. Restringe la creatividad. Impide el cambio en lugar de promoverlo.
Una vez que los planificadores han hecho los miles de cálculos y reuniones que se requieren para integrar el plan estratégico, cualquier cambio se vuelve poco menos que imposible porque es necesario adherirse al plan. Así pues, el mismo proceso de Planeación Estratégica tiende a producir resistencia al cambio. En la gerencia como en el sexo mucha concentración en la técnica puede conducir a la impotencia.
Las estrategias pueden aparecer en cualquier tiempo y en cualquier lugar de la organización, a través de procesos de aprendizaje informal más que en los de planeación formal.
La Planeación Estratégica ha mutilado el pensamiento estratégico de los trabajadores de carne y hueso y ha movido esta función hacia las altas esferas de la organización. Unos piensan estratégicamente, los demás son estúpidos.
Mire en el interior de aquellas compañías que están viviendo un proceso de Planeación Estratégica. Seguramente sus ejecutivos están haciendo exactamente lo contrario a lo que la planeación les dice que hagan.
Los estrategas efectivos no se desligan de los detalles cotidianos, todo lo contrario, se sumergen en ellos para abstraer de allí los mensajes estratégicos.
Pregúntele a aquel general que perdió la batalla porque una aguja se clavó en la pezuña de su caballo. Sucedió en la batalla de Passchendaele de la Segunda Guerra Mundial para la cual existía un plan estratégico perfecto, falló estruendosamente porque se largó un terrible aguacero a la hora del combate. En ella murieron unos doscientos cincuenta mil soldados británicos. A ningún oficial mayor se le ocurrió mirar al cielo. Hubiera visto las nubes cargadas a punto de estallar en lluvia.
Los gerentes que se encierran en una oficina a analizar información formal, como encuestas de opinión, investigaciones de mercado y reportes contables, tienden a aislarse de la realidad. El gran cuadro gerencial tiene que ser pintado por pequeños trazos, algunos de ellos difusos al principio.
Coletillas
Si la Planeación Estratégica sirve para todo, probablemente no sirve para nada.
La Planeación Estratégica es aquella metodología gerencial con la cual o sin la cual las empresas quedan tal cual.
Ver Auge y Caída de la Planeación Estratégica. Heny Mintzberg.
Etiquetas: crisisología, estratégia, gerencia, gerentes, organización, planeación estratégica
Deje su Respuesta